Las formas institucionales y democráticas, desnaturalizadas y en riesgo, resistieron hasta junio de 1973, en que un golpe de Estado terminó con la larga aagonía de la democracia uruguaya.
La guerra declarada
El presidente electo en las elecciones de 1971 Juan María Bordaberry debió negociar dentro y fuera de su partido para lograr mayorías parlamentarias y desde el comienzo de su gestión estuvo sometido a una fuerte presión de los militares. Aunque la misión de las Fuerzas Armadas se limitaba a combatir la subversión, fueron concentrando cada vez más poderes. Por ejemplo, un número creciente de delitos era pasado a la justicia militar, desconociendo la competencia de los jueces civiles.
El MLN-T entre tanto, levantó la tregua electoral y retomó las acciones armadas, a las que el Ejército respondió con extrema violencia. Los enfrentamientos dejaron muertos en los dos bandos. En abril de 1972, el Parlamento votó el "estado de guerra interna" y la suspensión de las garantías individuales. Como cualquier ciudadano podía ser sospechoso por el simple hecho de no estar de acuerdo con el gobierno, esta decisión se convirtió en una carta blanca para los militares. Pocos meses después, se aprobó la Ley de Seguridad del Estado, que implicaba la supresión del habeas corpus y otras garantías para los detenidos.
Juan María Bordaberry
José Mujica luego de capturado.
La guerrilla derrotada
Policías y militares, actuando en forma conjunta, rastrillaron el país en busca de los sediciosos y sus simpatizantes. Se produjeron miles de detenciones sin proceso, allanamientos sin orden judicial, malos tratos y torturas. Toda crítica al gobierno o a los militares estaba prohibida, mientras por radio y televisión se emitían comunicados propios de un estado de guerra. En ellos se pedía ayuda a la población para la captura de los subversivos. Pronto, esta categoría abarcó también a militantes de los partidos legales o de los sindicatos, aunque no tuvieran vinculación con la guerrilla. Incluso, fueron detenidos legisladores de los partidos tradicionales. A lo largo de 1972, las Fuerzas Armadas lograron varios operativos exitosos contra el MLN-T. Descubrieron las "cárceles del pueblo" y capturaron a los principales dirigentes del movimiento, entre ellos a Raúl Sendic (padre). Para setiembre de ese año, la guerrilla había sido derrotada.
ACTIVIDAD I
Enumerar las medidas que a partir de setiembre de 1971 fueron concentrando poder en manos de las Fuerzas Armadas para su lucha contra la sedición.
¿En qué momento fue derrotada la guerrilla?
¿Qué consecuencias en los hechos tuvo la ampliación del concepto de "sedición"?
Una semana sangrienta. El 14 de abril de 1972, los Tupamaros, en diversas acciones, mataron a cuatro personas, entre ellos al ex interventor de SEcundaria y al ex subsecretario del Interior, profesor Armando Acosta y Lara. Ese mismo día, las fuerzas Conjuntas, en una accioón llevada a cabo en el Cerrito de la Victoria, mataron a dos sediciosos y, en una casa de la calle Péres Gamar, a seis más. Tres días después, se dió muerte a siete militantes comunistas que custodiaban un local de ese partido, quedando atrás dos militantes heridos.
La violencia en todas partes. Grupos violentos de derecha, como la Juventud Uruguaya de Pie (JUP), los comando caza-tupamaros y los comando de acción anticomunista, perpetraron más de 150 atentados con armas y explosivos entre julio de 1971 y junio de 1972. Su objetivo más importante fueron los locales de enseñanza universitaria y secundaria, así como los domiciolios de dirigentes estudiantiles o sindicales de profesores. Por su parte, la "lógica de confrontacion" en la que muchos estudiantes creían como modo de "crear conciencia", multiplicó las marchas, las quemas de neumáticos, la organización de contracursos y desgremialización a compañeros. Lo cierto es que el gobierno parecía actuar con cada vez mayor benevolencia frente a los ataques perpetrados por los grupos de derecha. En abril del 72, Wilson Ferreira Aldunate reconoció en el Parlamento la existencia del Escuadrón de la Muert y del comando caza-tupamaros. Exhortó a investigar, pero no se hizo.
Sin embargo, los militares no volvieron a los cuarteles. Culminada la misión que les había sido encomendada, entendieron que debían permanecer y asumir otras funciones. En octubre de 1972 se hicieron cargo de la represión de los delitos eonómicos, y para el verano siguietne habían decidido intervenir en la conducción económica y política. EStaba claro qeu no aceptaban ninguna autoridad por encima de la suya, aunque la Constitución establecía que el presidente era el jefe supremo de las Fuerzas Armadas.
A comienzos de febrero de 1973, la designación del nuevo ministro de Defensa, Antonio Francese, no contó con el favor del Ejército y la Fuerza Aérea, que se lo hicieron saber al presidente y le dugirieron otro nombre. Ocuparon el canal de televisión estatal, por el que anunciaron que no atacarían la decisión presidencial. Hubo negociaciones entre los civiles y militares, pero no dieron resultado; como tampoco lo tuvo el pedido público de Bordaberry a la población, de defender las instituciones. Solo la Marina apoyó al presidente, ocupando durante varias horas la Ciudad Vieja.
Los comunicados 4 y 7 y la confusión peruanista
Las fuerzas de tierra y aire plantearon sus condiciones en los comunicados n.°4 y n.°7, que constituían un verdadero programa de gobierno. En ellos se reclamaba, entre otras cosas, el combate a la corrupción, la lucha contra la desocupación y la eliminación de la deuda externa. Estas propuestas confundieron a la oposición, incluyendo al Frente Amplio y a la CNT (Central Nacional de Trabajadores), que creyeron estar frente a un manifiesto de tipo peruanista, proveniente de un sector progresista del Ejército.
La oposición pidió la renuncia del presidente. Los mandos que le eran leales fueron relevados por los militares. Sin respaldo político, el 12 de febrero, Bordaberry firmó con las Fuerzas Armadas el Pacto de Boisso Lanza, en la base aérea de ese nombre. El hecho, iconstitucional porque el presidente integraba en pie de igualdad a las Fuerzas Armadas al Poder Ejecutivo, confirmaba la consolidación de un gobierno cívico-militar. El 1.° de marzo se instituyó el COSENA (Consejo de Seguridad Nacional), con el que se iniciaba el camino hacia la plena dictadura, que se conretaría en junio, con la disolución del Parlamento.
ACTIVIDAD II
4. ¿Qué significa "un manifiesto de tipo peruanista"? ¿Qué propuestas confundieron a la oposición?
5. ¿Qué fue el Pacto de Boisso Lanza?
La Doctrina de Seguridad Nacional
"En síntesis, la concepción de la Doctrina de Seguridad Nacional lelva a concebir al conjunto de la vida social, desde sus procesos más generales hasta los actos individuales, como un gigantesco campo de batalla de dimensión mundial en el que se enfrentaban dos contenedores: el comunismo internacional es el agresor que intenta la destrucción del enemigo por medio de la acción subversiva. Frente a esta realidad, la DSN diagnostica la debilidad del sistema de vida occidental y propugna su fortalecimiento moral e institucional; tal fortalecimiento es la única respuesta adecuada a la agresión sufrida".
En J. L. CASTAGNOLA y P. MIERES, La ideologái de la dictadura.
ACTIVIDAD III
6. Vincular el contenido del texto sobre la "Doctrina de la Seguridad Nacional" con la Guerra Fria y sus repercusiones en América Latina.