Luego de las invasiones portuguesas que se profundizan a partir de 1816 en la Provincia Oriental gobernada por José Artigas, el reino de Portugal, Brasil y Algarves -nombre que identificaba al reino portugues cuya sede se encontraba en Río de Janeiro- consolida su dominación en dicho territorio llevando a la derrota final del caudillo, quien se retira al Paraguay junto a unos pocos seguidores. Otros de sus colaboradores del líder oriental deciden rendirse ante los invasores a cambio de mantener algo de poder en la región, como fue el caso de Fructuoso Rivera, quien será nombrado "comandante general de la campaña".
Un año más tarde, en 1821 se produce el "congreso cisplatino", una asamblea de vecinos que decide reconocer y aceptar la ocupación y la posterior anexión al Brasil. ¿Por qué aceptan esto? Muchos de los opositores a las reformas impulsadas por Artigas, como las vinculadas al reparto de tierras, estaban deseosos de recuperar aquellas propiedades que el regimen artiguista les había arrebatado, o porque tenían la esperanza de que las nuevas autoridades reconocieran su derecho a las tierras que el rey de España les había otorgado a sus antepasados en los tiempos de la colonización.
Con el nombre de "Provincia Cisplatina" (la que se encuentra de este lado del Río de la Plata) los portugueses dominarán y administrán los territorios que actualmente pertencen al Uruguay hasta 1825, año en el comenzará el segundo proceso de lucha por la independencia.
El territorio de la Provincia Oriental era una zona de disputa de varios intereses. Por un lado José Artigas, quien había sido proclamado por el pueblo oriental como su líder pretendía la autonomía de los orientales en un marco de unidad con las provincias vecinas. Por otro lado, Buenos Aires tenía como objetivo el centro del poder de toda la región platense. No compartía la idea de "autonomía" de Artigas y declaró a este como "enemigo" de la patria. Por último, Brasil se econtraba en un período de expansión muy agresivo por el continente sudamericano y estaba interesado en dominar la Banda Oriental del Uruguay y tener acceso al Río de la Plata, como en 1680 cuando fundó Colonia del Sacramento.
Si bien Buenos Aires vió con buenos ojos la derrota de Artigas, de todas formas no estaba conforme con que Brasil se hiciera de un territorio tan estratégico como la Provincia Oriental. Muchos fueron los grupos que comenzaron a planificar la recuperación de los territorios ocupados, siendo concientes de que una guerra era el precio inevitable que debía pagarse. Entre ellos se econtraban Los caballeros orientales, grupo de montevideanos perteneciente a la masonería y que tenía como objetivo terminar con la ocupación luso-brasileña. Su origen se remonta a 1819 cuando los portugueses ya tenían el control de Montevideo. Estaba integrado hombres y mujeres que en un momento aceptaron la dominación portuguesa pero estaban arrepentidos de haber colaborado con los brasileños y por alguno de los colaboradores más cercanos de Artigas, como Juan Antonio Lavalleja.
Primero a través de reuniones secretas, y luego con la publicación de opiniones contrarias a la ocupación a través de un diarios como "La Aurora" y "El Pampero", ecabezarían la lucha que luego se materializaría con apoyo de otras logias masónicas de Buenos Aires.