Textos de: Laura Lecomte, Cristina Rebella y Alba Suárez.
En las tres primeras décadas del siglo XX el Estado adquirió un papel protagónico, al haber asumido, junto a las funciones tradicionales, otras nuevas como resultado de nacionalizaciones realizadas en aquellas áreas consideradas imprescindibles para el desarrollo del país, así como de servicios públicos esenciales que estaban en manos extranjeras y se llevaban la riqueza nacional al exterior, ya fuera en dinero, materias primas o manufacturas baratas. Además, el Estado se preocupó por mejorar las condiciones de vida y trabajo de amplios sectores de la población: la clase media y el proletariado urbano.
El estatismo fue aplicado con total fuerza en la segunda presidencia de José Batlle y Ordóñez (1911-1915). Algunos ejemplos de esta política: nacionalización del Banco República (1911); creación del Banco de Seguros (1911); nacionalización de la energía eléctrica (1912); de los telégrafos (1914); creación de servicios de investigación científica y de producción. La aplicación del estatismo durante treinta años consiguió que el Estado fuera el gran agente de modernización del país y de control del capital imperialista, aunque no logró eliminarlo.
El estatismo pudo desarrollarse gracias a las condiciones de expansión de la economía nacional; y permitió que el Estado se constituyera en la principal fuente de captación y redistribución de los excedentes.
Esta política quedó institucionalizada en la Constitución de 1919 con la creación de los Entes Autónomos.
El suelo fértil del Uruguay es su recurso económico fundamental; por esa razón, la lucha por la tenencia de la tierra es uno de los problemas básicos de la Historia del país.
El siglo XX se inicia con un doble problema vinculado a la pripiedad de la tierra: la existencia del latifundio y del minifundio. El latifundio que, como vimos, se había originado en la etapa colonial, se consolidó como forma de propiedad de la tierra en el período del militarismo. La gestión de éste redujo a la clase media rural, que había sobrevivido gracias a la explotación del ovino.
Se fortalece el latifundio
La concentración de la propiedad quedó testimoniada en el Censo de agropecuario de 1908, a través de las siguientes cifras: 1934 propietarios rurales mayores de 2500 has. abarcaban el 40% del territorio nacional; los dueños de casi la mitad del país representaban el 0,13% de la población total, es decir que ellos monopolizaban la producción agropecuaria, base de la economía uruguaya. Pese a la oposición de José Batlle y Ordóñez y de toda una generación vinculada a él, este tipo de propiedad no pudo ser atacado frontalmente (o no se quiso hacer por razones políticoas).
Se le culpaba -y con razón- de la desocupación rural (éxodo rural) y del estancamiento económico, incluso de la evasión fiscal, lo cual conduciría al debilitamiento de la democracia. El único intento de limitar el latifundio se verificó en el período del batllismo, mediante mecanismo laterales: impuesto a la propiedad rural, que aumentaba según la extesión; aumento del impuesto a la herencia; y planes de colonización que conduciría la establecimiento de centros agrícolas. Para esa generación, la realización de este programa sería algo así como el triunfo del "bueno" sobre el "malo".
Analizando datos de los Censos agropecuarios realizados entre 1908-1970, la gran propiedad disminuyó ligeramente entre 1908-1956, recuperándose nuevamente a partir de dicha fecha. Inversamente, la pequeña y mediana propiedad creció en extensión y en número de propietarios entre 1908-1956, para comenzar a disminuir en la década de 1960. Sin embargo, estas fluctuaciones no modificaron sustancialmente la forma de distribución de la tierra. La mayor parte de la mediana y pequeña propiedad se dedicó a la agricultra, sufriendo las alternancias propias de esta producción.
Es interesante recordar que a partir de la década del 60, las dos agremiaciones rurales, Asociación y Federación Rural, mantuvieron una posición propietarista y conservadora, estrechando filas ante el temor de que se propagara el ejemplo de la Reforma Agraria Cubana. En defensa de la "tradición de nuestra tierra" apoyaron el golpe de Estado de 1973, y vieron con buenos ojos al militarismo (como lo hicieron en el siglo XIX), sensibles a eslóganes tales como orden y seguridad; pero años más tarde, endeudados y obligados a vender sus propiedades a extranjeros, muchos de ellos cambiaron su posición.
ACTIVIDAD
Enumera los rubros en los que el Estado intervino en la economía (ej. Comunicaciones).
¿Por qué se presenta en el texto al Latifundio como un problema de todos los tiempos? ¿Qué evidencias se presentan al respecto?
Enumera las medidas impulsadas por el batllismo para enfrentar el problema de la concentración de la tierra.
¿Por qué se asocia a los latifundiastas, las agremaciones que los nuclean y a las dictaduras del s. XIX y XX?