Una de las reformas realizadas por los reyes Borbones en América fue la creación del Virreinato del Río de la Plata. La medida impulsó un notable desarrollo de la región.
A comienzos del siglo XVIII, dos situaciones amenazaban el poderío español en América del sur. La Colonia del Sacramento en el estuario del Río de la Plata era una amenaza para Buenos Aires principal puerto de salida de los ríos del interior. Entre Colonia y Río Grande del Sur había una campaña despoblada por la que los portugueses podían avanzar sin resistencia. De hecho, establecieron bases de esa ruta con fortalezas en San Miguel y Santa Teresa. La segunda amenaza era el contrabando, practicado por comerciantes ingleses, franceses y holandeses en las costas actuales de Rocha y Maldonado. Por allí salían clandestinamente la plata de Potosí y los cueros del litoral y de la Banda Oriental. A cambio, entraban las mercaderías europeas, a menor precio y con más frecuencia de lo que permitía el sistema de monopolio comercial. Por vía Colonia también llegaban barcos portugueses a la propia Buenos Aires, para comerciar ilegalmente.
1) ¿Cuáles son las "debilidades" del continente que plantea el texto?
España intimó a Portugal a desocupar la Colonia del Sacramento, pero no tuvo éxito. Portugal era aliado de Inglaterra y mientras esta vencía en las guerras europeas, los lusitanos obtenían ventajas en América. Lejos de desocupar Colonia, los portugueses fundaron fuertes a lo largo de la costa del Río de la Plata.
Como reacción, el rey Felipe V ordenó al gobernador de Buenos Aires, Bruno Mauricio de Zabala, levantar una plaza fuerte. En 1724, Zabala fundó el fuerte de San José en la bahía de Montevideo; dos años después llegaron los primeros pobladores desde Buenos Aires y las Islas Canarias. El nuevo puerto se convirtió en sede del apostadero naval como primera línea de defensa marítima en el Atlántico sur.
Sin embargo, la fundación de Montevideo no logró terminar con el conflicto hispano- portugués. Cuando España lograba reconquistar Colonia por las armas, Portugal la recuperaba por vía diplomática. La situación duró hasta que la necesidad de reforzar el control sobre la zona llevó a Carlos III a crear el Virreinato del Río de la Plata, en 1776. Al año siguiente, el flamante virrey Pedro de Cevallos, al mando de 10.000 hombres consiguió doblegar la guarnición de Colonia. La magnitud del ejército muestra la importancia que tenía para España la región platense.
Restos del fuerte de San José, fundado por Bruno Mauricio de Zabala.
2) ¿Por qué se considera la territorio de la Banda Oriental un territorio "estratégico"?
¡Cumplid mis órdenes, ya! La ciudad de San Felipe de Montevideo llevó su nombre en honor al rey Felipe V de Borbón, quien había insistido una y otra vez en su fundación y en la fortificación de la bahía a fin de frenar el avance portugués. Ha quedado registro de sus numerosas y apremiantes órdenes al gobernador de Buenos Aires, Bruno Mauricio de Zabala, para que tomara medidas al respecto. A las reales ordenanzas de 1717 y 1718 sigue una en 1723, cuyo tono amenazante no deja lugar a dudas: "Que en el caso de no estor ejecutadas ya las órdenes anteriores mías sobre la construcción de las referidas fortalezas, o no hallarse principiadas estas, poséis desde luego sin malograr tiempo alguno a ejecutarlas y perfeccionarlos según tengo mandado en inteligencia de que por lo contrario me daré por deservido de vos, y se os hará gravísimo cargo”.
3) Según el documento. ¿Por qué motivos se ordenó construir la ciudad de Montevideo? ¿Quién dió esa orden?
Hasta el momento de la creación del Virreinato del Río de la Plata, el centro económico de las colonias de América del Sur había sido el Virreinato del Perú, especialmente su ciudad capital: Lima. Con la decisión de los Borbones, el eje económico giró hacia el sur y hacia el Atlántico. La voluntad de llevar a cabo el tráfico de metales a través de Buenos Aires se confirmó cuando el virrey Cevallos prohibió la exportación de lingotes de oro y plata a través de Lima. También obligó a importar por Buenos Aires el mercurio necesario para la extracción de la plata.
Estas medidas asestaron un duro golpe al Virreinato del Perú, que no solo perdió más de la mitad de su territorio, sino la principal fuente de ingresos. A la larga, la decisión también afectó el destino de la región occidental del continente, ya que el Atlántico sustituyó al Pacífico como ruta principal entre Europa y América.
En cuanto al gobierno, los Borbones dividieron el Virreinato en gobernaciones e intendencias. Las gobernaciones de Misiones y Montevideo fueron especialmente importantes por sus funciones defensivas.
Imagen que representa las actividades realizadas por los primeros colonos del Río de la Plata.
4) ¿En qué aspectos la creación del Virreinato del Río de la Plata afectó al Virreinato del Perú?
Bajo el gobierno de los Borbones, las principales ciudades del Virreinato siguieron siendo administradas por los cabildos, tal como venía sucediendo desde antes, pero la Ordenanza de Intendentes pretendió reducirlos a una función casi decorativa. Muchas de las funciones del cabildo pasaron a ser compartidas, supervisadas o a depender de los intendentes, lo que dio lugar a no pocos problemas y conflictos. Los intendentes gobernaban las ciudades junto con los cabildantes, intervenían en la recaudación de los impuestos municipales, eran los jefes de las milicias urbanas subordinadas a los cabildos y ante ellos se podían apelar las sentencias civiles o criminales de los alcaldes. Gobierno, hacienda, guerra y justicia, ninguno de los ramos clásicos de la administración quedaba fuera del control de los intendentes.
5) Busca en el texto anterior las acciones de gobierno, hacienda, guerra y justicia relacionadas a los cabildos en que intervenían los intendentes.
A partir de la creación del Virreinato y de la aplicación del Reglamento de Libre Comercio, Buenos Aires creció extraordinariamente. Su puerto amparó el desarrollo de una fuerte clase mercantil que pudo comerciar libremente con España, con otras colonias y aun con otros países a través de los navíos de registro. Las ganancias del comercio enriquecieron a los comerciantes porteños. A raíz de esto, en 1794 se estableció el real Consulado de Comercio. De esta nueva realidad también se beneficiaron los ganaderos de la Pampa y del litoral, especialmente santafesinos y entrerrianos que exportaban sus mercaderías por el puerto bonaerense, ganando la diferencia entre el precio de venta de sus cueros y el de los artículos importados.
Para el interior del territorio no todo fue beneficioso. Córdoba mantuvo su papel de intermediaria de las rutas procedentes de Buenos Aires y del Alto Perú. Para el noroeste, en cambio, que vivía del comercio de mulas y de los obrajes que producían para los centros mineros, la nueva situación fue desventajosa. La competencia de los textiles europeos arruinó las industrias de Salta y Tucumán.
Como consecuencia de estos efectos, el eje económico del Virreinato viró del interior a los puertos de la Cuenca del Plata.
En la imagen, una representación de la ciudad de Montevideo en tiempos de la Colonia.
La extensión del territorio y la diversidad económica y étnica fueron dificultades persistentes para la integración política y social de la región.
El noroeste, desgajado del Perú, fue afectado por el cambio de rutas comerciales y la competencia de productos extranjeros. Demográficamente fuerte, su peso económico fue disminuyendo.
Los altos de los ríos Paraná y Paraguay, bajo el dominio de los jesuitas hasta su expulsión, sufrieron la presión de los portugueses de Río Grande y quedaron a expensas de Buenos Aires para la salida de sus productos a ultramar.
La cuenca del Paraná-Paraguay, articulada geográficamente por los grandes ríos entre los que se contaba el Uruguay, conformaba una unidad económica. La pradera natural que se extendía hasta las costas atlánticas permitió un extraordinario desarrollo del ganado vacuno. La facilidad de las comunicaciones aportada por los ríos y sus puertos naturales garantizó la fluidez del comercio. A esta rica zona junto a la llanura pampeana se debió la prosperidad del Virreinato durante el siglo XVIII, cuando los yacimientos mineros de Potosí empezaron a decaer.
Al sur, desde los bordes de la Pampa hasta la Patagonia, se extendía el dominio de los indios. La abundancia de tierras en el resto del Virreinato permitió a estas tribus sobrevivir según su propia cultura hasta el siglo siguiente.
6) Crea una tabla donde detalles las "Ventajas y Desventajas" de la región platense durante este período.
Capítulo 1: El mapa y la amenaza
Era el año 1723. El Río de la Plata brillaba bajo el sol del verano, pero no todo era calma. Desde el este, los portugueses habían levantado un fuerte en la bahía, desafiando la autoridad española. En Buenos Aires, el gobernador Bruno Mauricio de Zabala observaba un mapa arrugado sobre su escritorio. Con el ceño fruncido y la pluma en mano, escribió una orden que cambiaría la historia:
"Fundar una plaza fuerte en la bahía de Montevideo. Expulsar a los portugueses. Establecer presencia española."
Zabala no era un hombre de palabras suaves. Era estratega, decidido, y algo testarudo. Al día siguiente, partió con soldados, ingenieros y un puñado de sueños hacia esa tierra aún sin nombre definido.
Capítulo 2: El ingeniero y los cañones
Entre los hombres que lo acompañaban estaba Domingo Petrarca, un ingeniero militar con talento para convertir barro en bastiones. Al llegar, Petrarca señaló el cerro y dijo:
—Ahí montaremos la batería. Cuatro cañones de 24 libras, seis de 18. Que tiemble el fuerte portugués.
Así nació la Batería de San Felipe, origen del futuro Fuerte San José. Las noches eran frías, los mosquitos abundaban, y los soldados dormían en barracas improvisadas. Pero la misión avanzaba.
Una anécdota que aún se cuenta: una noche, un cañón se disparó accidentalmente y destruyó una carreta llena de víveres. Zabala, furioso, gritó:
—¡Si seguimos así, fundaremos una ciudad de hambrientos!
Capítulo 3: Los canarios y el reparto de solares
En 1726, llegaron doce familias desde las Islas Canarias, traídas por Francisco de Alzaybar, un comerciante audaz que convenció a la Corona de poblar la nueva ciudad con gente trabajadora. Los canarios, con acento distinto y costumbres propias, se instalaron en la ribera del puerto.
—¿Esto es Montevideo? —preguntó una niña canaria, mirando el barro y las barracas.
—Todavía no. Pero lo será —respondió su padre, clavando una estaca en el suelo.
Ese mismo año, Pedro Millán organizó el reparto de solares. Cada familia recibió un terreno, y se trazó el plano de la ciudad: calles rectas, una plaza central, iglesia, cabildo. El nombre oficial: San Felipe y Santiago de Montevideo.
Capítulo 4: El padrón y la promesa
El 20 de diciembre de 1726 se confeccionó el primer padrón de habitantes. El 24 de diciembre, Zabala firmó el acta que oficializaba la fundación.
—Hoy nace una ciudad —dijo, alzando una copa de vino.
—¿Y cómo se llamará? —preguntó Petrarca.
—Montevideo. Porque desde el mar, el cerro parece decir: “Monte vi eu”.
La frase se convirtió en leyenda, aunque nadie sabe si Zabala realmente la dijo. Lo cierto es que la ciudad comenzó a crecer, entre tensiones, esperanzas y muchas historias por contar.
Epílogo: Una ciudad con alma
Montevideo no nació de un día para otro. Fue el resultado de decisiones estratégicas, luchas territoriales, y el esfuerzo de personas reales: Zabala, Petrarca, Alzaybar, Millán, los canarios, los indígenas tapes que trabajaron en la construcción, y tantos otros.
Hoy, cuando caminas por la Ciudad Vieja, cada piedra tiene una historia. Cada calle recuerda a quienes soñaron con una ciudad libre, fuerte y viva.